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15 de enero de 2025¿Por qué no creemos en nosotros mismos? El síndrome del impostor
El concepto “Síndrome del Impostor/a” hace referencia a la falta de autoestima y confianza en las
capacidades personales, así como la creencia de no merecer nuestros logros, sintiendo que no
merecemos el lugar en el que nos encontramos y llevando a sentimientos de incompetencia, frustración
o miedo al fracaso, por ejemplo. Aunque el término se encuentre en un reciente auge, fue creado por
dos psicólogas clínicas en los años 70, Suzanne Imes y Pauline Rose Clance.
La experiencia de la impostura no se trata de ningún trastorno que aparezca en las guías clínicas. Sin
embargo, puede llegar a ser una forma de pensar altamente paralizadora, que alimenta creencias como
“no soy lo suficientemente bueno/a” o “no tengo derecho a aspirar/tener este trabajo”.
Implica vivir con miedo a ser “desenmascarado” por creer no estar a la altura de las exigencias de cualquier ámbito de la vida.
El síndrome del impostor se parece a la falta de confianza en uno mismo/a y se caracteriza por ello. Sin
embargo, la psicóloga Jessamy Hibberd señala una importante diferencia entre ambas: “Cuando
tenemos un objetivo pero no una gran confianza en nosotros mismos, no sabemos en realidad si lo
vamos a lograr ni cómo lo haremos, pero si trabajamos duro podemos conseguirlo y felicitarnos por ello.
Para alguien que sufre del síndrome del impostor, la inquietud será la misma; también trabajará mucho,
pero en cuanto alcance su objetivo, infravalorará su éxito.
Le resulta imposible cambiar su punto de vista.La caída es inevitable, con la impresión de volverse aún más visible y estar bajo presión. Tener éxito no es compatible con la imagen que tienes de ti mismo”.
Una trampa mental
La psicóloga clínica Jessamy Hibberd explica que el síndrome del impostor se trata de una trampa
mental. De esta manera, las personas con este sentimiento de impostura muestran dificultades para
interiorizar sus logros, pues cuando hacen algo bien, lo justifican mediante motivos externos.
Al contrario, cuando hacen algo no tan bien, lo tratan como algo personal de la que se responsabilizan al 100%. Por
ello, esta visión sesgada hace que incluso puedan buscar evidencias para apoyar estas creencias
erróneas.
De dónde surge el sentimiento de impostura
Como en muchos de los conceptos del campo de la psicología, el síndrome del impostor también se
nutre de una parte innata y otra adquirida. Sin embargo, no hay nada determinado en este sentido.
Algunas personas pueden tener un temperamento más nervioso que se puede modificar mediante una
educación que infunda confianza en uno mismo, mientras que también se puede nacer con una
predisposición menos nerviosa y una mayor confianza en uno mismo que puede ir perdiéndose debido
a un ambiente ambiguo, invalidante o tremendamente exigente, por ejemplo.
Hablando del origen de las dudas en uno/a mismo/a, podemos vaticinar una gran importancia del contexto sociocultural, pues vivimos en una sociedad competitiva en la que la eficiencia y el éxito se han convertido en valores fundamentales.
Por ello, existe una presión constante que aumenta las dudas acerca de las capacidades de las personas. Además, y teniendo en cuenta que el síndrome del impostor/a es un fenómeno que afecta en gran medida a las mujeres por cuestiones históricas de género, juegan un papel importante la falta de representación femenina en puestos dirigentes y la existencia de estereotipos acerca de lo que se espera de las mujeres.
Consecuencias del sentimiento de impostura
Como se ha mencionado, el sentimiento de no merecer los logros obtenidos llevan a la frustración,
sentimientos como la incompetencia y creencias erróneas como pensar que se es un fraude.
A continuación, se citan algunas de las consecuencias que puede acarrear este sentimiento de impostura
- El burnout: Resulta agotador alcanzar objetivos evitando que nos descubran porque pensamos
que somos un fraude, o que no merecemos estar dónde estamos. Esto puede desencadenar
estrés, agotamiento y fortalecimiento del sentimiento de duda e impostura. - Procrastinación: El sentimiento de impostura también puede manifestarse mediante la tendencia
a dejar las tareas y responsabilidades para más tarde, como manera de evitación. En estos
casos, puede convertirse en una costumbre que se volverá insostenible. Además, puede
llevarnos a perder oportunidades, lo cual alimentará nuestras creencias negativas sobre nosotros
mismos, convirtiéndose en un círculo vicioso. - Monotonía: El fenómeno de impostura no nos permite disfrutar de los logros obtenidos ni
impulsarnos hacia nuestros objetivos. - El silencio: Como parte de este suceso, tendemos a pensar o imaginar que las personas de
nuestro alrededor tienen mucha más confianza en sí mismos, que ellos sí merecen sus logros.
Ello nos lleva a sufrir en silencio, sin hablar del tema o buscar ayuda.
El mejor consejo para aumentar la confianza en uno/a mismo/a y disminuir el sentimiento de impostura es el de acudir a psicoterapeutas especializados porque tiene muchos beneficios, aunque también se puede hacer uso de varios consejos que uno mismo puede aplicar como:
1. No te subestimes. Acepta que has trabajado mucho y que mereces tus logros.
2. Haz una lista de valores. Vive en consonancia con ellos. Esto puede ayudarte a establecer
límites, tomar decisiones y consolidar tu confianza.
3. Rodéate de un entorno con quien compartir tus logros y también tus errores y flaquezas. Sigue
el mismo consejo en las redes sociales: inspírate de personas auténticas y que muestren su
realidad tal cual es.
4. Anota una lista de tus logros cada año, así como de momentos en los que te sientas
especialmente orgulloso/a de ti mismo/a. Además, puedes identificar las cualidades que te han
ayudado a conseguirlo y cómo te sentiste.
5. Afronta los pensamientos y creencias negativas, aquellos que menosprecian tus capacidades y
sobrevaloran las de otros. Intenta ser neutral, basarte en hechos y no uses un lenguaje
denigrante contra ti mismo/a.
6. La incertidumbre forma parte de la vida. Atrévete a lanzarte a lo desconocido, preparándote y
proponiéndote objetivos realistas. Los pequeños logros son muy importantes.
Cadoche, E. y de Montarlot, A. (2021) En síndrome de la impostora. ¿Por qué las mujeres siguen sin
creer en ellas mismas?